Al final me perdí el concierto de John Vanderslice. La posibilidad de comerme una croqueta de bacalao del Valero pudo conmigo, y al final me dejé arrastrar por los compañeros de clase que tenían más ganas de marcha que de costumbre.
Y el sábado, tras haberme pegado caminata por la montaña, y de nuevo cojo por el tirón de los muslos, fuimos a la presentación del Tremendo Pop Festival. El Capitán Lillo hace una buena crónica de la noche. Personalmente esperaba que en la canción de la Vecina del Ático hubiesen hecho más teatro, puesto que cuando los vi hace dos años en la Sala Salamandra hace dos años en el Let's Festival, la performance era mucho más divertida y entrenida. Sin lugar a dudas, el mejor momento fue el de la conga por toda la pista con algunos de los miembros del grupo.
Y quisiera añadir otra cosa más. A mi juicio el cantante iba algo salidillo.
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