Hoy estaba comprando en el supermercado las cosas que a mi padre nunca se le ocurrirían comprar, y que en cambio yo ansío comer. Estos productos son básicamente el couscous, el queso de rulo de cabra y cerealitos varios para desayunar los días laborables.
Cuando me paseaba por los pasillos del precario super que no tenía ningún producto de baño que suelo usar -no es que sea yo un obsesionado de las marcas, pero no tenían ningún champú hidrarrizos ni que decir de los suavizantes- cuando me ha venido a la mente un dulce recuerdo de la niñez.
Y es que cuando era pequeño y estaba enfermito me hacían una papilla que a mi me encantaba. Esta papilla creo que estaba hecha solamente con maicena (harina de trigo), leche y colacao. Así que en un arrebato he ido a por el stand de las harinas y me he comprado un paquete de maicena. Realmente no sé si la papilla se hacía así, ni siquiera si me gustará. Y probablemente la apariencia de la papilla será como la de una natilla en caliente. Pero cuando la vuelva a probar os relataré la experiencia.
Y ya que estamos con la papilla, os voy a recomendar otra merienda con el mismo formato. Se trata de la papilla de galletas maría y de platano. Machacas galletas maría y un platano maduro. Y si puedes le añades zumo de naranja. Cuando esté bien machacado habrás obtenido un potingue bastante asqueroso a la vista pero que será la alegría de tu paladar. Os lo recomiendo fervientemente. No os defraudará.
Ah, la papilla de maicena ya es para aventureros.
Cuando me paseaba por los pasillos del precario super que no tenía ningún producto de baño que suelo usar -no es que sea yo un obsesionado de las marcas, pero no tenían ningún champú hidrarrizos ni que decir de los suavizantes- cuando me ha venido a la mente un dulce recuerdo de la niñez.
Y es que cuando era pequeño y estaba enfermito me hacían una papilla que a mi me encantaba. Esta papilla creo que estaba hecha solamente con maicena (harina de trigo), leche y colacao. Así que en un arrebato he ido a por el stand de las harinas y me he comprado un paquete de maicena. Realmente no sé si la papilla se hacía así, ni siquiera si me gustará. Y probablemente la apariencia de la papilla será como la de una natilla en caliente. Pero cuando la vuelva a probar os relataré la experiencia.
Y ya que estamos con la papilla, os voy a recomendar otra merienda con el mismo formato. Se trata de la papilla de galletas maría y de platano. Machacas galletas maría y un platano maduro. Y si puedes le añades zumo de naranja. Cuando esté bien machacado habrás obtenido un potingue bastante asqueroso a la vista pero que será la alegría de tu paladar. Os lo recomiendo fervientemente. No os defraudará.
Ah, la papilla de maicena ya es para aventureros.
6 comentarios:
Hola Ysus!!!
Prometo ser un ferviente lector tuyo!
AUnque de momento ne he leido ninguo de tus post!
:D Prometo enmendarme!
Un abrazo!
Xevi
Yisus , me gusta ver que eres ferviente admirador de la Papilla. Yo tb la tomo para merendar, i he ahí mi receta:
Plátanos, manzanas, peras, galletas maria (son el elemento clave), zumo de naranja natural, dos cucharadas de miel, fresas (si las hay) i bueno, si a alguien le mola mucho el kiwi pues le puede poner. A mi no me gusta.
Accesorio importante: babero
Mmm...
interesante...
Todo lo que relatas me recuerda a la comida finesa, xDDDD.
En serio, todo tiene un aspecto de papilla... pero bien se vale que estamos aqui los españoles pa enseñarles que es una Paella, unas migas o un buen embutido ibérico.
Cuidate sito!!!!
Buen dia poppie!
Yo también adoro las papillas, cuando tenía 9 añitos y nació mi adorable hermano, me dedicaba a robárselas, mmmh la mejor: blevit cereales con miel!
Anyway, escribía para comunicarte que maicena es harina de MAIZ, no de trigo, esta es la harina convencional
Donde te encuentras últimamente?
Hola, he venido a parar aquí por casualidad haciendo una búsqueda en Google de "papilla galletas maría" y me he encontrado con esta entrada de tu blog. Qué ternura esa papilla que te hacían cuando estabas enfermito, la misma que me hacían a mí. Hay que ver cómo pasan (y pesan) los años y como la nostalgia va ganando terreno, ¿no? Un abrazo, Marta
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